Por Francisco Alcaide Hernández
Por mi parte, añadía la siguiente reflexión:
«Hay que evitar a toda costa las experiencias negativas. Si te exiges demasiado desde el primer día, fracasarás y te frustrarás, y ello te llevará a abandonar. Si te marcas metas pequeñas y las cumples, te sentirás bien contigo mismo, y ello te animará a seguir adelante. Ese poco sin importancia unido a otro poco sin importancia más otro poco que parece insignificante se acabarán convirtiendo en mucho un día. No te precipites. El amanecer sólo llega pasada la noche».
Tal vez esta estrategia te parezca poco glamourosa, poco cool, y así es, por eso mucha gente prefiere no hacer nada, porque el éxito siempre está unido a dos variables que van de la mano: constancia y paciencia.Semanas atrás, en el post Una de las claves del éxito es empezar pronto, hablábamos precisamente de ello. Porque cuanto antes empieces, más margen de tiempo tienes por delante. A medida que uno tiene más edad, menos dispuesto está a esperar para alcanzar sus metas. El tiempo corre en contra; el tiempo se echa encima. Pero hay que tenerlo en cuenta: si uno no hizo los deberes cuando debería, hay que hacerlos ahora. Cada uno decide si paga el precio o no.Un gran éxito no es otra cosa que la suma de muchos pequeños éxitos, los éxitos de cada día. Hacer lo mejor en cada momento construye el futuro que añoramos. El futuro no existe, es sólo un resultado, el resultado del sumatorio de lo que hacemos todos los días. Will Smith, el actor de Hollywood también incluido en Aprendiendo de los mejores, lo expresaba magistralmente con esta reflexión:
Los deportistas, desde bien pequeños están trabajando en una disciplina enfocados. Amancio Ortega empezó a trabajar con 12 años en una tienda de camisas (ahora tiene 79 años y es el socio de la empresa de moda con mayor volumen de ventas); Warren Buffet hizo su primera inversión a los 17 años (ahora tiene 85 años y es la quinta fortuna del mundo). Hay cientos de ejemplos. Dominar una técnica, disciplina o área de trabajo lleva tiempo. Hace unos días leía la siguiente frase de Howard Gardner:
Y también otra de Robert H. Schuller:
Tú decides si decides construir tu pared, ladrillo a ladrillo, o prefieres pegar el pelotazo. La experiencia dice que cuando uno quiere saltarse pasos, siempre tiene que volver al punto de partida.