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Marketing personal

Seis claves para alcanzar tus metas con éxito

Seis claves para alcanzar tus metas con éxito

Por José Luis Aliaga Reyna

De forma consciente o inconsciente todos los seres humanos poseen metas y objetivos, ya sean personales, profesionales, en pareja, entre otros, a corto o mediano plazo, que impulsan sus acciones. Sin embargo, el problema surge cuando alcanzarlas se convierte en algo casi imposible.

Algunas personas todavía se cuestionan si realmente están camino a cumplir sus objetivos, pero se ha preguntado ¿Cuántas veces se ha propuesto metas y no lo ha logrado?, ¿qué le hizo dejar de lado ese objetivo tan anhelado?

Para conseguirlo, debe de actuar confiando en usted mismo, clarificar sus objetivos y ponerse un tiempo límite, recomiendan los especialistas de la Organización Supera, empresa líder en desarrollo de liderazgo y capital humano, quienes nos brindan cuatro claves para no caer en la desesperación y pueda cumplir sus expectativas con éxito.

Piense en ganar

Luche por lo que quiere, analice su situación y no se detenga.

Atrévase a llegar más lejos de lo que usted cree que puede llegar, diviértase en lo que realice y tenga el coraje para derrotar el miedo, porque sólo usted podrá cambiar su historia, afrontando los retos con una actitud ganadora.

Desarrolle un plan

Una vez que defina y priorice sus metas canalice toda su energía en ese objetivo. Asimismo, recuerde que si algo sale mal, no significa que estemos derrotados, vuelva a intentarlo, analice una vez más la situación y cambie la estrategia las veces que sea necesario.

Anímese a dejar de ser un simple espectador y conviértase en el protagonista de su propia vida, obteniendo como premio la meta anhelada.

Aproveche las oportunidades

Existen oportunidades que se presentan solo una vez en la vida. Por ello, enfrente los retos y obtenga resultados con un valor diferencial.

Recuerde, todos somos capaces de lograr hechos importantes en nuestra vida, aunque le parezca difícil inténtelo las veces que sea necesario, pues si no se arriesga no pierde pero tampoco gana. Así que fortalezca su disciplina, cree hábitos potenciadores que lo lleven a crecer día a día, mejore un 1% cada día y en un año habrá crecido 365%.

Rodéese de personas positivas

Los estudios revelan que las 5 personas con las que más tiempo compartimos son las que más influencia tienen en nuestras vidas, por ello aléjese de las amistades con pensamientos limitados y negativos, e intente compartir mayores oportunidades con personas que compartan su misma visión, de esta manera aprenderá y fortalecerá su crecimiento.

Fuente: https://escuelapararicos.net/seis-claves-alcanzar-tus-metas-exito

Como transformar el fracaso en tu mayor ventaja

4 maneras de transformar el fracaso en tu mayor ventaja

Por Melissa Chu

Parece que tenemos dos opciones en la vida: Tener éxito o fracasar.

Consigue aquello por lo que trabajaste y eres exitoso. No lo consigas, y eres un fracaso. Pensamos en estos dos resultados como si fueran binarios.

Pero tal vez sea hora de repensar el fracaso. Es decir, cómo podemos utilizar el fracaso para proporcionarnos ventajas que no podríamos ganar de otro modo.

Aquí tienes cuatro de las maneras más importantes.

1. Usa las emociones del fracaso para hacerte más fuerte

El fracaso parece implicar que no ganaste nada. Horas de trabajo y energía puestos en un esfuerzo, pero el resultado es cero. Al menos, eso es lo que parece desde fuera.

Mirar dentro de nosotros mismos, sin embargo, podría darnos una nueva perspectiva sobre el fracaso. A través de nuestras vidas, aprendemos sobre los ingredientes para tener éxito: diligencia, estrategia y confianza en uno mismo, entre otras cosas. ¿Y las cualidades obtenidas al lidiar con el fracaso?

El autor David Brooks escribe en su libro The Road to Character:

“Vivimos en una cultura que nos enseña a promover y vendernos y dominar las habilidades requeridas para el éxito, pero queda poco estímulo para la humildad, la simpatía, y la honesta auto-confrontación, las cuales son necesarias para construir el carácter.”

Brooks señala cómo los líderes notables necesitaron hacerle frente a los problemas internos para poder “subir a las cimas del carácter.” Sólo las duras lecciones del fracaso les ayudaron a entender sus limitaciones y a hacerse más fuertes por ella. Por ejemplo, la activista laboral Frances Perkins aprendió la importancia de la auto-contención para poder promover una causa más grande.

Si tomamos el tiempo para reflexionar sobre cómo nos sentimos durante los tiempos difíciles, podríamos encontrar que nos comprenderemos mejor a nosotros mismos y a las personas que nos rodean.

2. Reencuadra el fracaso para motivarte a ti mismo

En psicología, hay un término llamado re-examinación cognitiva, que es una forma de cambiar nuestras emociones durante una situación estresante. Cuando regulamos las emociones negativas, estamos más capacitados para enfrentar los eventos difíciles y reducir los sentimientos de depresión.

Por ejemplo, después de ser rechazado de una entrevista o propuesta de cliente, la primera respuesta probablemente sería la tristeza o la confusión. Tu vida podría sentirse como si estuviera parada. Pero si empiezas a pensar en la situación como una prueba o experimento, te harías más positivo y pensarías para adelante.

Como Winston Churchill dijo: “El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal: es el coraje de continuar lo que cuenta.” En lugar de ver el fracaso como el final del camino, trata de verlo como una parte inevitable del viaje hacia la mejora de ti mismo. Tal vez lo que querías no era lo que mejor encajaba para ti, por lo que el fracaso es una forma de abrirte a mejores oportunidades.

3. Considera el fracaso como una lección

Muchas personas tienen una tendencia a evitar el fracaso. Lo barren bajo la alfombra o lo evitan por completo. Pero si no les prestas atención, los pequeños fracasos pueden convertirse en grandes fracasos.

Por ejemplo, descartar las ideas de otra persona una vez puede conducir a un resultado mediocre. Ignorar constantemente los feedbacks de los demás una y otra vez puede crear una cultura de desconfianza y falta de comunicación, lo que conduce a un ambiente tóxico. Entonces, ¿cómo podemos detener los comportamientos no saludables en curso?

Los investigadores Mark Cannon y Amy Edmondson encontraron que en una organización, los fracasos cotidianos pueden servir como “señales de alerta temprana.” Si se detectan y se abordan tempranamente, se pueden evitar fallas catastróficas.

En un ejemplo, el CEO de una compañía sacó un “error” de $450 del contenedor de basura, lo montó en una placa, y organizó una ceremonia de presentación. El ganador, inicialmente avergonzado, finalmente se sintió orgulloso de cómo su error ayudó a evitar errores futuros similares.

Desde una perspectiva personal, esto significa abrirse al fracaso. En lugar de cambiar la culpa y fingir que nada sucedió, reconocer que se produjo un error y verlo como una oportunidad de aprendizaje. Pregúntate: “¿Qué puedo sacar de esta experiencia? ¿Cómo puedo mejorar para la próxima vez?” Si ves los fracasos positivamente, puedes comenzar a moverte en la dirección correcta.

4. Aplica las habilidades de tu anterior fracaso

Llegar temprano, ponerte en el trabajo, y ser el último en salir no garantiza los resultados que deseas. Tan duro como suena, a veces querer algo mucho no significa que lo conseguirás.

Alguien que conocía (llamémoslo John) quería jugar hockey profesionalmente. Desde temprana edad, se despertaba cada mañana en la fría y oscuridad del invierno para la práctica de hockey. Cuando llegó a la universidad, se unió a la mayor liga de hockey junior.

El hockey consumió su vida. Todos sus amigos eran del equipo de hockey. Sus días las pasaba en gran parte en las prácticas, o en la carretera compitiendo contra otros equipos. Pero cuando llegó a su último año, renunció. John se dio cuenta de que no era lo suficientemente bueno para ser profesional. Por mucho que le doliera, decidió dirigirse a la escuela de negocios.

El fracaso pica. Cuando pones años de tu vida en algo solo para chocar contra una pared, sientes como que perdiste el tiempo. Pero si lo canaliza sabiamente, esas habilidades que aprendiste en el fracaso puedes aplicarlas a algo más.

En el caso de John, no pudo poner lo que aprendió para convertirse en un jugador de hockey. Pero pudo aplicar esos mismos principios de disciplina, trabajo en equipo y administración del tiempo para crecer personal y profesionalmente en la escuela de negocios. John finalmente encontró un puesto de trabajo como consultor en una empresa global, donde utilizó las habilidades obtenidas de su vida anterior como jugador de hockey.

En el proceso de trabajar hacia una meta, nos entrenamos para pensar y actuar de cierta manera. Independientemente de si alcanzas el éxito o el fracaso, te quedas con esas habilidades; y es ese proceso de aprendizaje lo que le da forma a la persona en la que te conviertes.

Fuente: https://escuelapararicos.net/4-maneras-transformar-fracaso-mayor-ventaja

Una vez más, hasta el intento definitivo

Esos fracasos fueron parte del progreso. Porque, cada vez que se daba uno, el protagonista de la historia aprendía algo que le ayudaba a mejorar el siguiente intento.

Siguió y siguió “fracasando”, hasta llegar al intento definitivo, que le supuso el éxito de su misión. No parece la gran cosa, visto así.

Imagínate a un novato total intentando encestar su primera bola en la canasta. Probablemente le lleve unos cuantos intentos, pero no es muy traumático recoger la pelota y volver a tirar.

En objetivos más complejos, difíciles o largos, el panorama cambia, porque nos encontramos con dos obstáculos grandes.

Uno, que el fracaso sabe fatal. Y dos, la incómoda incertidumbre de no saber cuántas veces hemos de intentarlo, hasta conseguir lo que queremos.

Tanto más inviertes en un objetivo (tiempo, esfuerzo, dinero, etc.), tanto peor te sabe el fracaso, por educativo que sea.

Y, especialmente cuando sumas unos cuantos intentos fallidos, las dudas son más difíciles de vencer para volverlo a intentar. ¿Podré? ¿Me pasará lo mismo otra vez?

Hay gente que lo hace. ¿Nos sumamos a ellos?

Tiene mucho mérito volverlo a intentar cuando un fracaso te pega duro. Pero hay mucha gente que lo ha hecho y, también, mucha que lo está haciendo ahora.

Si nos vemos en la tesitura (poco agradable) de encajar un fracaso y ante la posibilidad de hacer un nuevo intento, es inspirador contar con el ejemplo de estas personas. ¿No crees?

Hay historias de personas famosas, que llegaron a hacer algo grande después de fracasar unas cuantas veces. Y hay personas menos famosas, que quizás tenemos cerca, y son también una buena referencia. Ahí siguen, luchando por lo que se han propuesto.

El éxito es la parte bonita, la visible. Pero, para llegar a él, ¿cuántos traspiés e intentos hacen falta? A veces, unos cuantos. Los que sean.

Si el objetivo vale la pena, si tenemos la oportunidad de volverlo a intentar y nuestras ganas de alcanzarlo siguen intactas, ¿Qué tal si lo intentamos de nuevo? Éste podría ser el intento definitivo

Fuente: https://escuelapararicos.net/una-vez-mas-intento-definitivo/

3 errores que impiden hacer cambios personales

Por Aida Baida Gil

Hay muchas veces en las que te propones hacer algún tipo de cambio, ya sea relativamente pequeño o de mayor impacto y al final acabas posponiéndolo o abandonando al poco de empezar. Quizá te hayas propuesto cambiar algunos hábitos para estar más sana, o un cambio de carrera más o menos drástico y, al final, no te has atrevido a dar el paso o has renunciado antes de lo que pensabas. En ese caso, te será útil identificar tres errores que solemos cometer cuando queremos empezar algo que supone un cambio importante, ya sea profesional o personal.

1. Buscar validación en los sitios equivocados.

O, mejor dicho, en las personas equivocadas. Cuando vas a empezar algo nuevo es normal tender a  buscar validación entre los que nos rodean. A veces como ese pequeño empujón que nos falta, a veces solo para corroborar que tendremos apoyo. Lo ideal sería ser lo suficientemente independiente y fuerte como para no necesitar ningún tipo de validación externa. Pero es difícil, así que si no te queda más remedio y quieres recurrir a ella, mira bien dónde vas a buscarla, a quién vas a recurrir. Volvemos a lo que comento siempre, procura rodearte de gente positiva que te apoye. ¿Para qué vas a buscar validación en alguien que sabes de antemano que te va a poner pegas o va a criticar lo que quieres hacer? Hay veces en las que es mejor comentarle tus planes solo a aquellas personas que sabes que te van a escuchar y no necesariamente a darte la razón, pero sí a ayudarte de manera constructiva. O bien no comentar tus planes hasta que no estés convencida de que nadie te va a hacer cambiar de opinión porque estás segura de lo que quieres.

2. Negar tus barreras y juzgarte a ti misma.

Todas tenemos una serie de barreras que suponen un obstáculo para nuestros planes, y lo que solemos hacer al respecto es criticarnos duramente por ello e intentar aguantarnos y seguir adelante; cuando lo más fácil sería ir por otro camino que no tenga esa barrera. Un ejemplo perfecto podría ser mi aversión a los gimnasios. Durante mucho tiempo asumí que para estar en forma tenía que apuntarme a un gimnasio. Daba igual que no me gustaran, eso eran excusas, lo que pasaba es que era una vaga. ¿Qué es lo que estaba haciendo aquí? Primero juzgarme a mi misma. ¿De verdad soy una vaga por no querer ir a un gimnasio? No tiene por qué, no hay nada malo en preferir otras cosas. Y por otro lado, negar mis barreras. Para mi el tema gimnasio es una gran barrera, no me gustan, no disfruto y punto. El avance se produjo cuando acepte eso y busque otras alternativas, que las hay.

En tu caso puede ser otra cosa que estás intentando negar o justificar, y te juzgas porque no debería ser así; pero es que es así y no pasa nada. Acéptalo y busca otra alternativa. Hay que acabar con el mito de que para conseguir las cosas hay que sufrir. Quizá para algunas cosas sí, pero lo que está claro es que cuando haces algo de una forma que te gusta, eres más consistente y tienes mejores resultados. Evita luchar contigo misma u obligarte a aguantar ciertas cosas. Bastante duro es de por sí empezar algo nuevo. Así que piensa, ¿qué barreras puedes evitar para que te resulte más fácil hacer ese cambio que buscas?

3. Empeñarte en no hacer nada hasta que lo tengas todo controlado y seguro al 100%.

Está claro que es importante saber dónde te metes, estar informada y preparada. Pero muchas personas utilizan esto como excusa para estar formándose continuamente o para quedarse paradas esperando a que pase algo que les asegure que todo va a salir bien. Si quieres que las cosas pasen tienes que ponerte en marcha. Lo bonito de ponerse en marcha no es sólo la motivación que sientes, el aumento de autoestima y los resultados que obtienes; sino que abres las puertas a nuevas oportunidades y personas que no habías ni considerado. Esa es la mejor parte, que cuando empiezas el trayecto, en realidad no sabes adónde te va a llevar el camino ni a quién te encontrarás en él…

Hay muchas cosas que pueden influir en la decisión de ponerte en marcha y en si abandonas o no, estos tres errores son algo a tener muy en cuenta a partir de ahora. ¿Con cuál te identificas?

Fuente: https://www.gestiopolis.com/3-errores-impiden-cambios-personales/

¡Y cuando digo que no es que no!

Por Carles Marcos

No es ningún secreto. Creo que tenemos tod@s el convencimiento que nos sentiríamos más libres siendo uno mismo, y para ello sin duda necesitamos hacer aquello que nos llena y saber decir no  a aquello que no nos aporta nada. Sin embargo, ese saber decir no en todos los ámbitos en los que nos movemos cuando hay algo que no nos interesa, nos cuesta horrores.

Nos ocurre con personas de nuestro entorno que por complacerles decimos sí, y también en otros entornos sociales o políticos que decimos sí a algo porque simplemente es lo mayoritario, cuando en el fondo queremos decir no. Ser uno mismo, significa respetarse y ser valiente, y para ello necesitamos determinación y perseverancia, y no cabe duda que aún estamos a tiempo de lograrlo, si practicas eso que le llaman asertividad, y es que lo dijo Steve Jobs y creo que está en lo cierto “Solo aprendiendo a decir “no” podemos concentrarnos en las cosas que realmente importan. Comparto un artículo del psicólogo Xavier Guix  publicado en La Vanguardia y titulado Aprender a decir no.

“Nos cuesta decir que no porque tenemos en cuenta a los demás. Si no fuera así, nos importaría bien poco distinguir entre un sí y un no. Pero resulta que los demás nos importan más de lo que decimos que nos importan. Tenemos en cuenta a los demás porque valoramos, y también calculamos, los beneficios y los costes de cualquier relación. Un sí o un no pueden cambiarlo todo. Una actitud muy humana es la de procurar influenciar en la conducta del otro, sobre todo a nuestra favor. Es por eso que medimos los efectos de nuestra conducta tanto verbal, como no verbal. Los problemas, por lo general, suelen venir cuando por exceso de espontaneidad, o por no tener en cuenta el contexto, el alcance y el clima de la relación, se dicen cosas que favorecen el malentendido o las malditas presuposiciones.

Si medimos los efectos de nuestra conducta, no cabe duda que la más inquietante es la negación. Consideramos, quizás equivocadamente, que frustrar las expectativas de los demás es malo, feo, sabe mal, nos hace quedar mal y crea una imagen egoísta de nosotros. No hay nada peor que decir que no cuando lo que se espera es un sí clamoroso. ¿Qué es lo que en realidad nos sabe mal? No poder cumplimentar el deseo que alguien ha puesto en nosotros. Es como si se depositara una confianza que quedará rota por nuestra negativa. Es como si le cortásemos el paso, como si le dejáramos huérfano de sus ilusiones. Parece que causemos un disgusto.

No obstante, también nos resistimos al no porque no sabemos cómo expresarlo, como decirlo sin que parezca una bofetada en toda la cara. Nos cuesta afirmarnos a nosotros mismos. Nos cuesta incluso ser honestos con nosotros mismos y con los demás. Nos cuesta mostrarnos en lo que somos y vivimos. Nos cuesta, digámoslo claro, sostener la capacidad de decepcionar. Si no somos capaces de aceptar la decepción, difícilmente lograremos un alto grado de libertad personal. Porque al decepcionar no hacemos otra cosa que romper con la imagen que se han creado de nosotros. Y, muy a menudo, el no atreverse a decir no es porque evitamos la decepción ajena. Temer por esa decepción es esclavizarse a ser la imagen construida de cómo deberíamos ser. Y hasta ahí podríamos llegar. En su lugar, intentamos hacer piruetas lingüísticas de lo más rebuscadas.

En ese sentido, tiene razón el profesor Steven Pinker cuando afirma que “cuando las personas hablamos nos andamos con rodeos, disimulamos mucho, nos andamos por las ramas, titubeamos y adoptamos otras formas de vaguedad y de segundo sentido. Todos lo hacemos y esperamos que los otros lo hagan también, y al mismo tiempo decimos que añoramos hablar sin rodeos, que la gente vaya al asunto y diga lo que quiere decir, así de sencillo. Tal hipocresía es un universal humano. Hasta en las sociedades más francas, las personas no se limitan a soltar lo que quieren decir, sino que ocultan sus intenciones en diversas formas de cortesía, evasión y eufemismo”.

Abordar la dificultad en decir que no entraña un ejercicio de transitar sobre dos raíles fundamentales: uno tiene que ver con nuestros estilos comunicativos, faltados de eso que los ingleses llaman la asertividad. El otro raíl es la dificultad en afirmarse a uno mismo. Y cuando esto sucede significa que los mecanismos de seguridad y confianza personal están bajo mínimos. Cuando uno está dispuesto a respetarse, a actuar honestamente, a no temer decepcionar, a confiar en la capacidad de encontrar el acuerdo con el otro, no teme tanto el afirmar como el negar. Cuando se procede así, se produce el efecto contrario del temido: somos respetados por nuestra decisión. Lo que fastidia es la duda, el rodeo y la mentira. La autenticidad suele caer del lado del aprecio.

Vale la pena tener en cuenta lo siguiente: allá dónde decimos no estamos abriendo nuevas posibilidades, sólo que lo hacemos negando otras. Allá donde decimos que sí, aceptamos el mundo que se abre ante nosotros, aunque dejamos de mirar otras opciones. Se trata de tomar partido, a sabiendas que detrás de la elección se esconden posibilidades y a la vez renuncias. Sólo que tenemos miedo. Nos gustaría no equivocarnos. Y también por eso procuramos evitar posteriores sentimientos de culpa. Así, ensartados entre el miedo y la culpa, cuesta afirmarse a uno mismo. Ante el problema de decir que no, tenga presente los siete principios de la asertividad:

  1. Puede hacerse respetar por los demás.
  2. Reclame aquello que considere sus derechos.
  3. Es imposible que todo el mundo le quiera.
  4. Piense en usted positivamente.
  5. No se deprima, actúe.
  6. No se esconda de los demás.
  7. Qué importancia tiene que salga mal, mientras se haya afirmado.

No hay que temer la decepción si uno actúa con dignidad. Es mejor tener pocas expectativas sobre uno mismo y los demás. Esos son los atributos que anteceden a la persona sabia.

Comparto un vídeo de una persona que se atrevió a decir NO a cosas que pasan en nuestro día a día…

Fuente: http://www.carlesmarcos.com/2015/04/y-cuando-digo-que-no-es-que-no/

Solo el Marketing puede hacer crecer tu Negocio

Todos hacemos marketing, si pensamos que aun el “boca en boca” es una forma de marketing. La pregunta es: ¿cuál es el alcance de tu marketing? O, en otras palabras, ¿hasta dónde te atreves a llevar tus aspiraciones y ambiciones? En este artículo te propongo un sencillo “Plan de Acción” para que encares una estrategia de marketing que apalanque tu crecimiento. Tu Plan de Marketing es el espejo de tu verdadero deseo de crecer.

Una frase sencilla, directa y contundente. Hay quienes creen que solo necesitan el “boca en boca” para que su negocio crezca. Y yo te pregunto, ¿qué es el “boca en boca”, sino la forma más elemental del marketing? Yo diría, en todo caso, que el “boca en boca” es un marketing pasivo, o por inercia. Otros podrán decirme que un local a la calle no necesita marketing, que la gente pasa por la vereda, ve tu negocio y entra. Y yo te respondo que el lugar que eliges para poner tu negocio es una decisión de marketing. ¿Vas a poner tu local en un “barrio tranquilo”, o en pleno centro comercial? Ya ves que allí también hay una estrategia de marketing en acción.

La pregunta verdaderamente importante –y determinante– es: ¿hasta dónde quieres llevar tu negocio? Permíteme que lo ponga en términos un poco más directos: ¿cuánto dinero quieres facturar?

La llave para el crecimiento de cualquier negocio –empresa, emprendimiento o servicio profesional– está en el marketing. Para ponerlo en términos simples, hacer marketing es dar a conocer tu negocio, ya sea los productos que vendes o los servicios que brindas. Todos hacemos marketing de alguna manera, aun aquellos que confían en el “boca en boca”. ¿Cuál es el alcance de tu marketing?

¿CUÁL ES EL ALCANCE DE TU MARKETING?

Es una pregunta desafiante. Mira tu “Plan de Marketing” y piensa que te estás mirando a ti mismo en el espejo. Tu Plan de Marketing revela mucho de ti, de tus sueños y aspiraciones, de tus ambiciones, de tu compromiso con aquello que dices desear para ti. ¿Cuánto de tu tiempo y tu dinero estás invirtiendo en tu marketing? Tu respuesta a esa pregunta es extensiva, seguramente, a la pregunta acerca de tus ambiciones y aspiraciones.

Te propongo un Plan de Acción sencillo que te pondrá en el camino correcto… ya sabes, el primer paso no te pondrá donde quieres llegar, pero te sacará de donde te encuentras actualmente.

El Plan de Acción que te propongo es éste: dedica un 10 por ciento de tu tiempo y un 10 por ciento de tu facturación a tu Estrategia de Marketing. Piénsalo solo un instante: cuando esta estrategia te haya redituado un 10 por ciento más de facturación, tendrás un 10 por ciento más de presupuesto para tu marketing. Es un círculo virtuoso exponencial: cuanto más facturas, más marketing puedes hacer, y la rueda va tomando cada vez mayor velocidad.

Si eres un emprendedor unipersonal (o incluso un pequeño empresario), muy pronto tendrás un hermoso desafío: ya no tendrás tiempo disponible para hacer marketing, porque tendrás que atender a tus clientes. Pero tendrás un presupuesto de marketing que te permitirá tercerizar y delegar tu marketing en un profesional especializado. Será un momento de transición con cierta complejidad, y tendrás que desarrollar agilidad e inteligencia para gestionar tus recursos.

Probablemente ahora tendrás que destinar algo más del 10 por ciento de tu facturación. Es que, en realidad, ahora ya no podrás dedicar el 10 por ciento de tu tiempo, y tendrás que contratar el tiempo de otro para que haga ese trabajo. Entonces tendrás que destinar el 20 por ciento de tu facturación al marketing (10 por ciento para honorarios y 10 por ciento para las acciones propiamente dichas). Pero tu creciente facturación te permitirá hacerlo. Tendrás que desarrollar nuevos conocimientos y nuevas habilidades para gestionar tu creciente negocio.

UN PLAN SIMPLE PARA DAR LOS PRIMEROS PASOS

Si tuviera que dar mis consejos a alguien que recién estuviera iniciando un negocio nuevo (y lo mismo aplica para quien no se ha tomado el marketing en serio hasta ahora), lo resumiría en:

  • Tu sitio web: ¿todavía no lo tienes? Entonces, sin dudarlo, ese es el primer paso que tienes que dar. Pero un sitio web en serio, que se vea profesional, que realmente posicione a tu negocio como excelente. Lo mismo diría si ya tienes un sitio web pero no tiene ese look profesional y orientado a la excelencia. Ya sea que es antiguo, o que lo hiciste tú mismo “a pulmón”, o que en su momento recurriste a una de esas herramientas gratuitas del tipo “hágalo usted mismo”. Un negocio con aspiraciones (de un emprendedor o empresario ambicioso y exitoso) necesita un sitio web que lo coloque a la altura de las empresas líderes de su sector de actividad.
  • Google AdWords: una vez que tengas un sitio web excelente, que realmente esté en condiciones de apalancar un negocio competitivo, destina un presupuesto a campañas de Google AdWords. En algunos casos podría ser preferible Facebook Ads pero, en términos generales, mi opinión personal es que Google AdWords es la mejor plataforma para generar visitas “de calidad” al sitio web.
  • Email Marketing: una tercera instancia es diseñar una estrategia orientada a “capturar” los datos de tus potenciales clientes para poder enviarles tus mails (un newsletter y promociones especiales). Si no tienes una herramienta o una estrategia para generar una base de datos de contactos y mantener una comunicación continua y periódica, los visitantes de tu sitio web se te estarán “escurriendo” entre las manos. La mayoría de las compras no se concreta en la primera visita al sitio web (o al negocio), y se necesita una comunicación sostenida en el tiempo. El Email Marketing es la estrategia ideal para eso.

Esta es la base para una estrategia de marketing exitosa, y esto es así tanto para quienes recién comienzan como para empresas consolidadas.

UN CAMINO QUE SE COMIENZA A RECORRER CON EL PRIMER PASO

Lo dicho: el primer paso no te coloca donde quieres estar, pero te saca del lugar donde estás actualmente. Muchas veces no damos ese primer paso (o algún otro paso en algún lugar del camino) porque tenemos miedo a fracasar. No adentrarnos en el camino nos ahorra el malestar del fracaso y la frustración. Pero no vemos que el mayor fracaso es quedarnos con nuestro malestar actual por tantos sueños inalcanzados o incumplidos.

Y lo peor de todo, no dar ese primer paso es postergar el aprendizaje que solo se logra mientras se avanza por el camino. De eso se trata crecer: avanzar sabiendo que nos encontraremos en lugares que requieren aprender algo nuevo y desarrollar nuevas habilidades. En última instancia, lo que está realmente en juego no es facturar más y ganar más dinero, sino atravesar nuestras propias limitaciones y demostrarnos a nosotros mismos que “podemos”.

Fuente: http://blog.conceptolateral.com/2018/01/31/marketing-para-hacer-crecer-tu-negocio/

Empieza de ‘menos’ a ‘más’

Empieza de ‘menos’ a ‘más’

Por Francisco Alcaide Hernández

A la hora de fijarse metas y objetivos hay un principio que conviene tener en cuenta: empieza de ‘menos’ a ‘más’. La experiencia dice que otra cosa no suele dar resultado y además nos deja muy frustrados. El elefante nos lo podemos comer todos, pero eso sí, bocado a bocado.
Jack Canfield, uno de los personajes incluidos en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 7ª edición) dice lo siguiente en una de sus obras:
«Siempre que se disponga a mejorar sus capacidades, cambiar su comportamiento o mejorar su vida, comience por incrementos pequeños. Querer demasiado en poco tiempo sólo conseguirá desanimarlo».

Por mi parte, añadía la siguiente reflexión:

«Hay que evitar a toda costa las experiencias negativas. Si te exiges demasiado desde el primer día, fracasarás y te frustrarás, y ello te llevará a abandonar. Si te marcas metas pequeñas y las cumples, te sentirás bien contigo mismo, y ello te animará a seguir adelante. Ese poco sin importancia unido a otro poco sin importancia más otro poco que parece insignificante se acabarán convirtiendo en mucho un día. No te precipites. El amanecer sólo llega pasada la noche».

Dicho de otra manera, si tienes miedo a hablar en público, tu primer speech no lo des en el Santiago Bernabéu, porque probablemente te pueda la ansiedad, salga mal y no quieras volver a saber nada del asunto. Subir peldaños de dos en dos nos vuelve inseguros. Se trata de subir peldaño a peldaño de la escalera.Fíjate como reto hablar en un pequeño evento: reunión familiar, asociación de padres, club de amigos… lo que sea; un evento en el que haya pocos asistentes. Prepárate (la preparación hace de efecto placebo de los nervios) y asume el reto. A partir de ahí ve asumiendo el reto en grupos más grandes. De lo que se trata es de ir ganando seguridad. Lo importante es dar un primer paso, porque dando ese primer paso, ya estás más avanzado que si no haces nada.
El éxito alimenta la autoestima, y un pequeño éxito te lleva a abordar retos más grandes: no importa si das pasos pequeños mientras sean en la dirección correcta. Lo importante no es la velocidad sino la dirección.

Tal vez esta estrategia te parezca poco glamourosa, poco cool, y así es, por eso mucha gente prefiere no hacer nada, porque el éxito siempre está unido a dos variables que van de la mano: constancia y paciencia.Semanas atrás, en el post Una de las claves del éxito es empezar  pronto, hablábamos precisamente de ello. Porque cuanto antes empieces, más margen de tiempo tienes por delante. A medida que uno tiene más edad, menos dispuesto está a esperar para alcanzar sus metas. El tiempo corre en contra; el tiempo se echa encima. Pero hay que tenerlo en cuenta: si uno no hizo los deberes cuando debería, hay que hacerlos ahora. Cada uno decide si paga el precio o no.Un gran éxito no es otra cosa que la suma de muchos pequeños éxitos, los éxitos de cada día. Hacer lo mejor en cada momento construye el futuro que añoramos. El futuro no existe, es sólo un resultado, el resultado del sumatorio de lo que hacemos todos los días. Will Smith, el actor de Hollywood también incluido en Aprendiendo de los mejores, lo expresaba magistralmente con esta reflexión:

«Jamás digas que hay algo que no puedes hacer. No se trata de construir la pared más grande e impresionante de un día para otro. Pon un ladrillo cada vez. Di: ‘Voy a poner este ladrillo tan perfectamente como un ladrillo puede ponerse’. Y si lo haces todos los días, pronto tendrás una gran pared e impresionante».

Los deportistas, desde bien pequeños están trabajando en una disciplina enfocados. Amancio Ortega empezó a trabajar con 12 años en una tienda de camisas (ahora tiene 79 años y es el socio de la empresa de moda con mayor volumen de ventas); Warren Buffet hizo su primera inversión a los 17 años (ahora tiene 85 años y es la quinta fortuna del mundo). Hay cientos de ejemplos. Dominar una técnica, disciplina o área de trabajo lleva tiempo. Hace unos días leía la siguiente frase de Howard Gardner:

«Hace falta una década de trabajo duro para que el talento se convierta en maestría»

Y también otra de Robert H. Schuller:

«Los logros espectaculares van siempre precedidos de una preparación espectacular»

Tú decides si decides construir tu pared, ladrillo a ladrillo, o prefieres pegar el pelotazo. La experiencia dice que cuando uno quiere saltarse pasos, siempre tiene que volver al punto de partida.

Fuente: http://www.franciscoalcaide.com/2015/04/empieza-de-menos-mas.html

Diseña tus días para crear una gran vida

Diseña tus días para crear una gran vida

Por Pablo A arango
“Cuanto más pronto comiences a planear tu vida, más pronto vivirás la vida que sueñas” —Hans Glint

La calidad de nuestros días determina la calidad de nuestra vida.Es cuestión matemática: el todo no puede ser mayor que la suma de las partes. Si los días son malos, su sumatoria, nuestra vida, no será muy positiva.Ahora bien, días malos siempre van a haber: son inevitables.

De lo que se trata es de crear unas condiciones que favorezcan la ocurrencia de muchos días buenos, para que así, las malas jornadas sean compensadas con amplitud por la luminosidad de las buenas.

Pero «¿qué es un buen día?» —me preguntas—. Eso, mi amigo, no lo puedo responder de manera general.

Un buen día debería tener para cada uno, un significado distinto.

Las personas tienen gustos, intereses y circunstancias diferentes. Un buen día para alguien casado, con hijos y amante del arte, será muy diferente del de una persona soltera a la que le gustan los deportes.

En mi caso, un buen día significa progreso. Cuando me voy a la cama satisfecho es cuando he hecho avances en mis más importantes metas. No importa que el progreso sea modesto, lo importante es no detenerse y ni echar para atrás.

Cuidar de mi salud, de mi estado emocional e intelectual, pasar tiempo de calidad con mi familia y trabajar en mis proyectos profesionales, es lo que considero progresar.

Por lo anterior, un buen día es un día arduo. Trabajar en todas esas áreas implica utilizar el tiempo con mucha eficiencia. Queda poco sitio para el despilfarro.

Y al contrario, un día de indulgencia, de ocio embrutecedor e improductivo, es uno malo.

No niego que de cuando en cuando venga bien pasar 24 horas en la más absoluta ociosidad, pero jamás debería ser esto habitual.

Si queremos entonces tener muchas jornadas provechosas, debemos entender primero que estas no ocurren por casualidad; son el resultado de un esfuerzo intencionado, surgen como producto de la planeación.

Planear es un gran hábito, nos obliga a priorizar. Nuestro tiempo es limitado, si queremos avanzar en ciertas áreas necesariamente tendremos que decir no a otras.

El calendario es por lo tanto nuestro amigo. Con su solícita ayuda podemos diseñar días que nos hagan sentir que nuestra vida avanza en la dirección correcta.

Yo acostumbro a realizar una corta sesión de planeación al principio de cada semana, para que las actividades que considero prioritarias cuenten con espacio suficiente dentro de la agenda.

Luego, antes de empezar cada día reviso cuales son las metas de esa jornada. Esto me ayuda a permanecer enfocado en las cosas importantes.

Concentrar nuestra energía en pocas cosas nos permite experimentar progreso, sentir que estamos avanzando hacia un fin que hemos elegido.

Al contrario, tener nuestra atención dispersa en mucho, hace muy difícil percibir cualquier adelanto.

El éxito y una vida satisfactoria no son cosas con las cuales uno tropieza. La probabilidad de triunfar por casualidad es cero.

Así que mejor empezar (si aún no lo haces) a planear tu brillante futuro. Y nada mejor que hacerlo en estas fechas, con doce inmaculados meses a tu disposición.

Fuente: https://www.notasaprendiz.com/blog/disena-tus-dias-para-crear-una-gran-vida

5 razones por las que deberías realizar tus sueños

5 razones por las que deberías realizar tus sueños

Por Oliver Araujo

Hay algunas personas que viven en un mundo de sueños, y hay algunos que enfrentan la realidad; y luego están aquellos que convierten uno en el otro.” Douglas H. Everett

Supongo que no es justo llamar a nuestras metas y sueños más íntimos: “sueños”. Digo esto porque los sueños a menudo se identifican como ideas que son de naturaleza fantástica y que no tienen cabida en el llamado “mundo real”.

Pero todo dentro del alcance de nuestras vidas comienza con un pensamiento. Muchas veces es un pensamiento simple que se convierte en la más grandiosa de las cosas. Suelen ser representados como irracionales, ilógicos e inalcanzables por nuestra sociedad. Pero estos mismos sueños y pensamientos son las cosas que hacen que la vida valga la pena y que a su vez sea fantástica, todo esto al mismo tiempo.

Despertar y seguir el deseo de nuestro corazón independientemente de lo que digan los que nos rodean, es lo que necesitamos hacer. Todo se reduce a nuestra pasión interna que nos impulsa a vivir la vida de la manera que creemos que deberíamos, en lugar de como nos dicen las demás personas que deberíamos hacerlo.

Seamos sinceros: al final del día en la quietud de la noche, tenemos que dar cuentas a nosotros mismos. Si seguimos nuestros corazones, estaremos en paz. Si no lo hacemos, desarrollamos una confusión interna que finalmente nos vencerá y nos vaciará por dentro.

La vida debe ser vivida de acuerdo con lo que nos hace ser verdaderamente felices. Nuestra sociedad moderna muchas veces nos empuja hacia una existencia desfavorable. Creemos que estamos destinados a ser infelices con pequeños destellos de felicidad salpicados en la totalidad de nuestras vidas.

Ahora, no estoy diciendo que necesitemos ser felices 24 horas los 7 días de la semana. Pero ser capaz de cumplir tus sueños y estar en un estado de felicidad constante casi va de la mano.

Recuerda, una existencia en la que trabajamos en un trabajo que no nos gusta para ganar dinero para comprar cosas que quizás no necesitemos, con el fin de retirarnos un día, no parece muy emocionante, ¿verdad? Si no cumplimos con nuestro deseo más interno, nos quedamos vacíos y agotados.

Entonces, empecemos con cinco razones por las que debes hacer realidad tus sueños, empezando hoy.

5 razones por las que deberías realizar tus sueños

1. Te hará feliz

Lo que realmente te hace feliz es algo que sabes en un nivel muy profundo. Esta felicidad tiene el potencial de extenderse a todos los aspectos de nuestras vidas.

Nuestros sueños están interconectados con esta felicidad. Recuerde: tu corazón siempre está cuidando tus mejores intereses. La felicidad es parte de tu mejor interés. Si eres realmente feliz en lo que haces todos los días, NUNCA trabajarás un día en tu vida.

Seguir tu corazón para cumplir tus sueños es la clave de la felicidad.

2. Vivirás sin remordimientos

Tenemos que vivir con nosotros mismos incluso cuando estamos en una casa llena de gente. Esa pequeña voz dentro de ti (que llamamos acertadamente la voz interna) o tu corazón, está en constante conversación dentro de nosotros. Puede ser una voz molesta diciéndote la verdad o una guía interna para alcanzar tus metas.

No hacer lo que realmente más deseamos en la vida en última instancia conducirá a un sentimiento de arrepentimiento. La razón por la que esto sucede es porque nuestros sueños, nuestros objetivos, son tan intensos que a veces nos da muy poco espacio para hacer cualquier otra cosa.

Escuchar esa voz interna dará como resultado que nunca tendrás que sentir la pena de NO poder cumplir tus sueños.

3. Crearas confianza en ti mismo

Si lo piensas, tratar de ignorar tus sueños es realmente difícil de hacer. Tienes que ignorarte básicamente las 24 horas. Sin embargo, seguir tus sueños puede parecer algo aterrador pero los pasos están ahí si escuchas y prestas atención.

Al escuchar a tu voz interior y seguir tus sueños, estás creando un sentido de confianza en ti mismo que la mayoría de la gente nunca alcanza. Esta confianza en uno mismo es clave para vivir una vida que no solo tendrás más claridad sino que te entenderás mucho mejor que la mayoría.

Es más fácil de lo que parece. Solo debes recordar que todo debe hacerse paso a paso y poco a poco. Llegarás allí eventualmente.

4. Serás exitoso

Esto es verdad. ¿Cuántas personas se han vuelto ricas y exitosas haciendo algo en lo que realmente no aportaron el 110 por ciento de su esfuerzo?

Tus sueños son un plan de lo que realmente deberías estar haciendo. Esto es esencialmente tu vocación, tu propósito, tu destino, todo fusionado en uno.

Si trabajas en algo que amas, entonces no es trabajo. De repente estás construyendo el camino hacia tu sueño paso a paso. La vida es un campo de juegos y debe ser disfrutado. Invierte en aquello que te llena por dentro.

5. Inspiraras a los demás

Afortunadamente y lamentablemente vivimos en un mundo donde muchas personas sienten que no pueden hacer las cosas que realmente quieren. Sin embargo, si das un paso adelante y decides que quieres vivir la vida que siempre has soñado, lo lograrás.

Como humanos estamos destinados a la grandeza. Como creadores estamos destinados a mejorar el mundo en el que vivimos. Nuestros sueños evolucionan al mundo en muchos aspectos.

No solo estás cumpliendo tu propósito interno, sino que también les estás diciendo a los que te rodean que también pueden hacerlo. Nada es más importante que ser un ejemplo de grandeza, simplemente siguiendo tu corazón.

Todo en la vida lleva tiempo y con eso viene un cierto grado de paciencia. A través de todo este proceso, la parte más complicada es la práctica de la paciencia. Sin embargo, con esto viene una comprensión de lo que se necesita para cumplir tus sueños y la sabiduría necesaria para mantenerlos.

Fuente: https://www.exitoysuperacionpersonal.com/razones-por-las-que-deberias-realizar-tus-suenos/

Miedo al fracaso

Miedo al fracaso

Por Jordys González.

Te has preguntado alguna vez, ¿por qué la gran mayoría de las personas  que se ilusiona con un proyecto, acto seguido, comienza a sentirse paralizadas por el temor al fracaso?

– ¿De dónde surge el miedo al fracaso?, ¿qué es exactamente?

Las respuestas pueden ser tan variadas, como variadas son las formas  de interpretar una misma situación. El fracaso está en la mente de cada persona y en su manera de interpretar los posibles resultados  derivados de alguna acción. El temor al fracaso, como la mayoría de  los temores, es totalmente ilusorio e irreal, es la anticipación o visualización de un resultado negativo, que aún no ha ocurrido, pero que se siente como si estuviese ocurriendo ahora… y paraliza.

Imagínate por un momento que comienzas a desarrollar una idea ambiciosa y al mismo tiempo, apasionante. Decides llegar hasta las últimas consecuencias y desarrollas un plan de acciones coherente con tu propósito; lo ejecutas con perseverancia y valentía, pero al final, después de un duro trabajo, descubres que los “resultados” son desafortunados.

– ¿Se podría decir que has fracasado?

Pues “lamentablemente”, la gran mayoría piensa que sí. Te podrían catalogar como un “fracasado”.

Seguramente, más del 90% de las personas que te rodean, estarán convencidos que tu intento fue un fracaso. Te lo dirán o no, pero lo piensan y lo comentan entre ellos, y desde mi punto de vista, es precisamente lo que “podrían pensar” esas personas que te rodean, lo que causa más temor, hasta el punto de no correr riegos para evitar lo que ellos, y tú, podrían interpretar como fracaso.

Pero entonces, ¿cómo deberíamos catalogar a la gran mayoría, que ni siquiera intenta descubrir aquello con lo que podrían disfrutar y sentirse realizados por temor a ser identificados como fracasados?; previsores, discretos, inteligentes ?.

Existe una gran diferencia que todos deberíamos valorar internamente. Quienes no obtienen el éxito esperado en uno, dos, tres o más proyectos, “fracasan” en uno, dos, tres o más proyectos. Sin embargo, quienes JAMAS lo intentan por miedo al fracaso o al qué dirán, convierten toda su vida en una experiencia frustrante.

– ¿Cuál eliges?

“El fracaso más grande es nunca haberlo intentado”. – Proverbio Chino

Si tienes en mente algún proyecto o idea para mejorar tu negocio, tu vida personal, tu manera de contribuir, etc. pon manos a la obra y lánzate ya. Más vale correr el riesgo, que despertar dentro de 30 años con el pensamiento martirizante de que tus miedos, fueron más fuertes que tus sueños, y que pudiste haber tenido una vida más placentera, pero tú no te lo permitiste.

Recuerda: NUNCA fracasarás, solo obtendrás una experiencia muy valiosa. El éxito y el fracaso son simplemente interpretaciones o caras de una misma moneda. Si quieres tener éxito, tienes que aprender a fracasar.

Fuente: https://mercadeoglobal.com/blog/miedo-al-fracaso/​

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